domingo, 9 de diciembre de 2012

Y que nos quede hoy...


He dormido dos horas largas llenas de sueños revueltos y una cama tan vacía que me he despertado pensando en ti. No puedo dormir, no con esa sonrisa tonta que me asoma a los labios ni con los latidos acelerados al pensar en el calor de tus abrazos y ese dulce aroma al perderme entre tus cabellos.

Nos falta tiempo, sí, y es que vivimos de minutos robados, viviendo un deseo y sueño que debería haber empezado mucho antes, o quizá algo que la vida nos deparaba para después… Pero mañana no se sabe y hoy es  hoy; hoy te tengo aquí, hoy solo nos separa el raciocinio y el miedo de lo que sintamos después, pero hoy…

Y anoche volví con un poema en los labios, uno que tantas veces he escuchado y que nos describe a la perfección: 

"Te quiero,
así de pronto,
así de tonto…
pero te quiero.

Te quiero,
así de claro,
así de raro…
pero te quiero.

Te quiero,
así de burdo,
así de absurdo…
pero te quiero

Pero esta noche la tristeza obliga,
más que la amante,
quiero a la amiga.
Más que tu pan,
quiero tu miga."

Claro que yo cambiaría "tristeza" por "tiempo", ya que lo único que nos falta es tiempo… Pero también es lo único que nos sobra…

Y es que aunque los "te quiero" del poema puedan parecer demasiado serios para el poco tiempo que nos hemos visto… ¿No es acaso la palabra que mejor describe lo que sentimos?

Sí, es cierto, somos dos desconocidos de la mano, dos desconocidos que comparten sonrisas y sueños, dos desconocidos que… que besarían al otro porque en el poco tiempo que hemos convivido, por lo poco que sabemos el uno del otro, nos queremos, aunque sea en ese desconocimiento y por esa fe loca de pensar "sí, él es lo que busco; ella es lo que sueño".

Y es que, ya que vivimos de tiempo robado, ya que tenemos apenas tiempo… ¿Por qué no aprovecharlo? Y es que me arden los labios cada vez que pienso en ti, y siento las manos frías si tus dedos no acarician los míos. Sé que suena egoísta, pero es del poco egoísmo que me permito habitualmente y el que, en el fondo, tú también quieres que busque… Porque esos besos de despedida fueron demasiado cerca de mis labios, porque tú también querías que nuestras manos siguieran buscándose hasta en el último segundo, porque en el fondo quieres que este loco aventurero, completamente enamorado de las pocas facetas que conoce de tu persona, te busque y persiga ese sueño loco y complicado. Y yo quiero ser ese Don Quixote, aunque me estrelle contra los molinos, que sale en busca de lo que cree, en busca sus sueños...

Y es que eres eso, mi sueño y deseo, pero uno del que no he despertado y uno que no me deja dormir por la fuerza y energía que me da, por las ganas de seguir buscándolo y saboreando cada instante. Y es que tanto racional como irracionalmente es algo que ambos queremos que pase, porque no somos solo amigos, el no besarnos no cambiará jamás eso.

¿Y el riesgo? Para mi el riesgo es no besarte, que se nos agote el tiempo dándole vueltas a todo esto sin decidirnos, solo por el miedo a sentir… Pero al fin y al cabo la vida son eso, sueños, sensaciones y deseos, y ahora mismo lo que quiero es sentirte, porque ya te sueño y deseo. Así que vivamos, arriesguémonos a sentir y ser felices… y es que ya dijo Neruda que la vida es ese riesgo dulce y aterrador que tomamos cada vez que perseguimos nuestros sueños:

"muere lentamente quien no se arriesga, quien abandona antes de empezar, quien se queja de su mala suerte, quien no viaja, ni lee, quien no sueña ni persigue sus sueños, quien no confía, quien no lo intenta..."

No hay comentarios:

Publicar un comentario