domingo, 9 de octubre de 2011

Creación




Te necesito vestida de negro,
con esa sonrisa sencilla, espontánea
y aquellos ojos negros…

Te quiero cual sombra en la noche,
de espaldas y sin verme,
fugaz e imprecisa; embriagadora.

Te quiero a mi lado y sin verte,
cual adorno del paisaje;
como vela en la noche y hoguera en el camino,
mi oasis, nada más.

Te amo de lejos, inalcanzable;
con ese perfil delicioso
y aquellos labios rojos que me llevan a besarte.

Te ansío sólo en aquellos segundos
en los que me abrazas o me tomas de la mano sin segundas intenciones,
acto instintivo en el que buscas protección.

Te quiero de lejos
y cuando lejos estás, te necesito;
no te quiero cuando te tengo y te necesito distante,
cuando apenas puedo dar una vista rápida a tu lejana figura.

Te quiero feliz, te quiero triste,
pero solo en aquellos primeros momentos
en los que sin verte, te percibo;
cuando estás y eres sin hacer nada,
cuando existes, nada más.

Te quiero desenfocada,
como aquella pintura opaca y nublada por los años;
donde la imaginación juega con la realidad,
donde tus facciones son cuadro y escultura,
existencia pasajera en la que amo el instante,
y te recuerdo como aquello que fuiste y eres,
lienzo de la perfección.

Me embelesas tan solo con el recuerdo de tu presencia,
energía tácita y sonora que inunda el ambiente sin siquiera estar en él;
eres la presencia existente que me acompaña,
ángel y milagro que se revela en un instante,
única y eterna,
intrínseca a mi ser.

Te quiero sin quererte,
de lejos y a distancia;
te quiero en una búsqueda irreal por tu amor,
como potencia y no acto,
como ilusión.

Milagro en el que creo y esperanza,
promesa de amor y de alegría,
y listón y meta a la que intento mas no quiero llegar.

Te busco por tu aroma,
por el roce de tu cabello sobre mi piel
por el primer gesto de tu sonrisa.
Te anhelo por la energía y alegría que desprendes cuando me ves,
cuando te veo,
mas solo en ese instante,
en el que busco y lucho por tu presencia,
en el que añoro tu compañía y cuando te vas;
cuando evoco tu recuerdo y me pierdo en la memoria,
cuando llegas y te encuentro,
nunca cuando estás.

Es un amor vacío y quimérico que va en contra de mis principios,
un amor que vive a milímetros de tu cuerpo
y tan solo a una fracción agoniza;
muere al encuentro,
renace en la despedida.

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