martes, 20 de diciembre de 2011




Hoy es un buen día. Estoy en el Starbucks de Alonso Martinez con una tasa de chocolate caliente y villancicos sonando de fondo. Entre la música el local y una pareja de bailarines espontáneos, me he sentido transportado a Nueva York. Ha estado genial, una pareja cualquiera de americanos ha entrado por la puerta, dejado sus cosas en una mesa próxima a la mía y, a ritmo de la música, se han puesto a bailar con una gran sonrisa. No tendrían más de veinticinco años, y sin embargo había verdadero amor en sus gestos, sobretodo en ese beso final tras la actuación. Me ha llegado, realmente me ha llegado esa muestra espontánea de afecto en la que se han olvidado del mundo y se han dejado llevar.
Hoy me apetecía hablar justamente de cierta conversación relativa a la navidad, pero con semejante espectáculo no podía evitar mencionar a esta pareja; me han robado el corazón durante un instante con su espíritu navideño, esa magia que se refleja solo en el sentimiento, motivada por la música y decoraciones, sí, pero únicamente como vehículo para expresar nuestras emociones.
Curiosamente el tema que iba a comentar era sobre el espíritu navideño, una pequeña jugarreta a la hora de expresarme que me ha jugado Twitter con sus ciento cuarenta (140) caracteres. Y es que al recortar las frases e ideas para que quepan en ese espacio, se pierde mucho contenido, pero en fin, vayamos a ello, que si no me enrollo hablando de como el chico está tarareando los villancicos.
Todo ha empezado con una frase inocente tweet que llevaba en la cabeza durante horas <<Me parece triste que la gente crea que “hay que estar feliz en navidad”, la navidad es una excusa para valorar lo que tenemos en familia>>. Desafortunado uso de la palabra “Excusa”… a decir verdad habría estado mejor reemplazarla por “oportunidad”, pues aunque el significado apenas varía, la forma de entenderla sí que se vio seriamente afectada. En el fondo creo que todo fue culpa de esta palabra, la cual lideró una serie de catastróficas desdichas que terminaron con algo que me despertó bastante pese a lo temprano de las horas.
¡Cínico! ¡Me llamaron cínico! (…) bueno, vale, eso no es habitual, pero podría esperármelo, la cuestión es que me han llamado cínico en cuanto a los “sentimientos naturales”… ¡hablando sobre la navidad! A lo mejor me equivoqué al sorprenderme por eso de que los “sentimientos naturales” sean algo distinto a los “sentimientos a secas”… pero no creo, pues por mucho que lo intente, no consigo encontrar “sentimientos no naturales”, pues aunque los finjamos, estos falsos sentimientos siguen siendo eso, sentimientos… así que sí, este amante de la navidad, del espíritu hogareño y esperanzado que reprime lágrimas de alegría al ver los anuncios de navidad de Coca-cola, es un cínico en sentimientos sobre la navidad… o al menos de eso se me acusa.
Lo triste del asunto es que me manifestaba ante el “sentimiento de obligación” que tiene la gente ante navidad, cuando el propósito de esta es sencillamente recordar lo que tenemos, reunirnos con nuestros familiares, disfrutarlos, quererlos y vivir esta unión en familia, sentir la esperanza de que, pase lo que pase, en familia, ayudándonos entre nosotros, amando al prójimo, todo saldrá bien…
<<El belén y las luces, la nieve y villancicos no son más que un adorno para el sentimiento de unidad y cariño, para esa esperanza propia de navidad>> probablemente me equivoqué con las palabras, pero al menos la intención era afirmar que, aunque las lucecillas, villancicos y de más sea precioso y parte del ambiente, no son lo importante, lo importante es estar con la familia, disfrutarla, vivir esas fechas con ellos y por ellos; profundizar más allá de lo estético, por muy bonito que sea. Incluso formulé la pregunta <<¿A que es mucho más bonito un regalo envuelto en papel brillante que solo el objeto debajo del árbol?>>, con la cual pretendía hacer una metáfora, bastante desafortunada por lo visto porque no supo hacerse entender, que ejemplificaba el que, si entregamos algo de valor (no digo ya económico sino sentimental por la intencionalidad del regalo), normalmente lo envolvemos en papel de regalo, en alguna bolsilla mona o un sobre bonito para que sea incluso más agradable a la vista. Cuántos no nos habremos emocionado con esos lazos de fantasía y papel de colores que, aunque no durase más de cinco segundos en nuestras manos, le daba más emoción al “abrir el regalo”.
Si es que ciento cuarenta caracteres dan para poco, son divertidos cuando queremos gritar algo al viento, pero para una disquisición ideológica o filosófica se quedan cortos, sobretodo cuando intentamos sonar objetivos en un tema tan personal. Queriendo decir que el chocolate caliente y los adornos de navidad son parte del rito que nos lleva a disfrutar el sentimiento en familia, que la magia de la navidad está en los sentimientos que tenemos para con otros y que lo material no es más que un accesorio para poder expresar nuestra alegría, fui tachado de cínico. Tendríais que haber visto mi cara, sobretodo cuando la noche anterior me tiré viendo anuncios viejos de Coca-cola (mis favoritos), rememorando esos años en los que los vi tirado en la cama de mis padres.
Pero parece que las palabras me han traicionado, o al menos las horas y neuronas además del multitasking este tan famoso en el que suelo escudarme cuando no le presto realmente atención a algo. En cualquier caso, lección aprendida, no me ceñiré a los ciento cuarenta caracteres cuando pretenda explicar sentimientos o ideas largas o complejas, pues para esto tenemos los blogs. ¿Vosotros creéis que realmente me he explicado tan mal? Yo espero que sea solo causa de la falta de sueño de ambos conversadores y las horas intempestivas a las que nos despertamos. Sin más preámbulos me despido, que tengo que ir a por los últimos regalos de mi lista. ¡Feliz Navidad a todos!

viernes, 9 de diciembre de 2011

Y solo el hombre tropieza tres veces o más con la misma piedra.



Para: K
De: J


"Tenemos que hablar.


Antes que nada, no estoy enfadado; no es que hayas hecho nada malo, en absoluto. Lo que pasa es que ya he pasado por esto, sé lo que va a pasar y como acaba (como podría acabar), y no es buena idea.


Creo que deberíamos dejar de vernos. No es que esté enamorado de ti, ni que me gustes y me aleje para no arruinar tu relación; él no me cae bien, no me gusta para ti, por lo que tampoco intentaría sacrificarme por vuestro bien cuando sé que él realmente no te valora por tu esencia, además de que si realmente me gustaras, yo podría hacerte más feliz, sencillamente porque los defectos de los que él se queja, yo no los veo como tales. Si me alejo es precisamente porque aunque sería triste, si nos alejamos ahora mismo no nos haríamos daño porque todavía no somos tan importantes el uno para el otro, porque apenas nos conocemos.


No estoy enamorado de ti, pero me gustas como persona, como mujer. Me encanta esa pasión con la que hablas y la fuerza de tu mirada, la sinceridad de tus palabras. El problema es que nos conocimos en un mal momento, tú con problemas que no puedes resolver, yo con más ganas que nunca de tener a alguien con quien pueda soltarme, con quien pueda olvidarme de las normas y ser yo mismo, alguien a quien pueda abrazar y sentirme cómodo en ese abrazo; alguien con quien pueda desconectar el cerebro y solo sentir, sin guías ni ruedas de apoyo.


Tengo complejo de héroe, será parte de mi narcisismo. Si encuentro a alguien que me parece especial, intento mover cielo y tierra para ayudarle, para adelantarme a sus necesidades, sencillamente porque me hace feliz. Parece que me estuviera echando flores, pero no es eso, es puro egoísmo, disfruto haciéndolo porque me hace sentir bien, por la cara de gratitud reflejada en los otros, porque idiotamente espero encontrar a alguien que busque comportarse de igual forma conmigo.


Como héroe que soy (me creo) me muestro invencible, siempre una sonrisa en el rostro y una respuesta o consejo en la punta de la lengua; siempre tengo tiempo y siempre encuentro el momento o forma de estar ahí, olvidando cualquier problema o discusión si una de estas personas me necesita... y sin embargo me sigo sintiendo como aquel actor inglés a quien Juan de Dios Peza creo o describió en uno de sus poemas; sobretodo me siento identificado con sus cuatro últimos versos de "Reír Llorando (Garrick)"


<<¡Cuántos hay que, cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reír como el actor suicida,
sin encontrar para su mal remedio!


¡Ay! ¿Cuántas veces al reír se llora!
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora
el alma llora cuando el rostro ríe!


Si muere la fe, si huye la calma,
si solo abrojos nuestra planta pisa,
lanza a la faz la tempestad del alma
un relámpago triste: la sonrisa.


El carnaval del mundo engaña tanto,
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto,
y también a llorar con carcajadas.>>


Pero aunque tengo al mejor de los amigos, lo más que podría decirle es como me siento... ¿Para qué? ¿Qué utilidad tiene? A diferencia de Garrik, mi problema es la soledad, una cama vacía a la que regresar después de compartir camas ajenas. Perdona, me estoy yendo por las ramas.


A lo que iba es a que busco ser un héroe ficticio para olvidar ese vacío que tengo, para empatizar con los sentimientos de otra persona y resolverlos ya que no sé como olvidar los míos... con lo que al estar tú mal y teniéndote el cariño que te tengo, no podré evitar "sentir que tengo que ayudarte". Y probablemente podría, sé como sacarte una sonrisa y hacer que te olvides del mundo, eso se me da bien. Sé qué te hace feliz porque curiosamente te pareces a mí en ese sentido.


Según nos vamos conociendo nos damos cuenta que tenemos mucho en común; para bien o para mal ambos fuimos criados con el sistema americano, con valores americanos que nos llevan a disfrutar la vida poniendo todo sentimiento en lo que hacemos. Esto me recuerda terriblemente al monólogo de Goyo Jimenez sobre los americanos. Pero es que es verdad; en Europa poca gente se atreve o llega a sentir esa pasión por ir a hacer cualquier cosa, desde ir a una exposición como un concierto de rock, de expresar todo lo que sentimos o deseamos, de cuidar de otros por el simple hecho de que podemos, de buscar entender algo solo por tenerlo delante. Cada vez me doy más cuenta de la suerte que he tenido yo en ese sentido, de poder vivir la vida y no solo pasar por ella.


Y sintiéndome tan cercano, viendo que me es tan fácil soltarme y con la confianza que hemos cogido en poco tiempo, admito que te busco, que quiero hablar contigo, verte y quedar fuera de las paredes de nuestra universidad, ir a buscarte para pasarlo bien, sea o no con un plan determinado.


Pero no puedo, no podemos; no podemos precisamente porque para bien o para mal la vida no es un camino de rosas y como dice aquel refrán en inglés: "Shit happens". Y pese a la confianza, soy demasiado reciente, un conocido que te cae bien pero no un "amigo" que realmente te conozca o con quien hayas vivido las experiencias suficientes para poder contarnos todo. Eso es bueno, porque demuestra que no estamos locos ni somos unos inconscientes que dejamos pasar a cualquiera; en mi caso personal solo tengo a una persona a la que considere "de la familia" sin serlo.


Pero si estás mal y te tengo cariño no puedo evitar sentir que debo hacer algo, y más aún si justamente por esa razón no hemos podido quedar más que cuando nos encontramos en la universidad. No sé que hacer pero, como te digo, no es algo que me sea precisamente nuevo.


Me alejaré o mantendré distante, es lo que suelo hacer, intentando que tengas tiempo para resolver tus asuntos, pero en cuanto me digas que me echas de menos me sentiré mal, sobretodo porque yo también estaré echándote de menos. Y luego moveré cielo y tierra para sacarte sonrisas, para intentar entenderte y estar contigo cuando me lo necesites, necesitemos hablar o no. Y como te estaré tan pendiente de ti, viviendo tus alegrías y penas y anhelando encontrar alguna forma de verte, confundiré mis sentimientos. 


No soy adicto a ninguna droga, pero si el verte feliz me hace sentir feliz, mal que bien te necesitaré aunque no sea por ti misma y probablemente crea que me gustas aunque no sea verdad, y dado que sé todo lo que te estoy diciendo, viviré con la duda.


Además no puedo resolver tus problemas, porque los que tienes, todos los que tienes, no son realmente tuyos, sino que te son impuestos por personas a las que quieres y con las que compartes tu vida, son sus problemas, por lo que tampoco tú puedes ayudarlos.


Y si no puedo evitar que estés triste, si no puedo ser "esa parte de tu vida" que te hace sonreír, crecer como persona, ser feliz, fallaré como el falso héroe que pretendo ser. Si además no puedo estar contigo porque los problemas que tienes... ¿Qué pasará?


Es fácil la respuesta aunque no la solución. seré como un gorrión suicida dándome contra las paredes de una jaula de cristal, jaula de la que no te puedo sacar y que retumba con cada golpe que me doy. Y lo que podría haber sido una bellísima amistad o algo más en un futuro, si los planetas se alineasen...


No son ideas locas o pesimistas, es algo que sé que va a empezar a pasar, que está empezando. Y sinceramente no quiero hacerme daño inutilmente, ¿para qué? Si además te lastimo entonces ya pierde todo el sentido.


Y eso por eso que quiero despedirme ahora que puedo, con el corazón limpio y el cariño fresco. Pero tampoco quiero un "adios", quiero un "hasta luego" porque eres una chica genial que no quiero perder.


¿Es eso posible o estoy pidiendo demasiado?


Realmente no me gusta lo que estoy diciendo, me duele decirlo y pensarlo y quisiera pensar que es mentira, pero sé que no lo es. Pero diferencia de las otras chicas que he conocido, con las que me ha pasado esto, a ti te valoro demasiado como para querer seguir el mismo camino suicida porque sé que esta tormenta es pasajera, y que si nos resguardamos, podremos volvernos a ver sin sentimientos encontrados.


Y aunque creo saber que esta es la mejor opción, creo que no es la única, sé que no es la única... pero es la única que puede acabar bien si solo yo juego mis cartas. Pero si crees que hay otra forma, si te ves con valor o fuerzas y estás dispuesta a que nos busquemos juntos la vida para ser amigos, si hay algo que se me da bien es eso, luchar por lo que quiero y buscarme la vida.


Sea lo que sea, si me necesitas, sabes donde encontrarme, y si no quieres responderme lo entenderé y ya te buscaré cuando el vendaval haya pasado. Mientras tanto esperaré.


Pase lo que pase no me olvides y perdona esta forma de ser tan mía. Espero verte pronto, y si es más tarde que pronto solo recuerda que nunca olvidaré haberte conocido; eres y serás siempre para mí una chica especial.


Con cariño: J."

sábado, 5 de noviembre de 2011

Vacío



Y Terminó en silencio,
de forma discreta y en la oscuridad.
Como hojas que lleva el viento,
indiferentes a mi realidad.

Duró poco, no sé si realmente existió;
creí haberla encontrado,
por lo que el desencanto fue mayor

Hace tanto que te busco y adivino
que empiezo a dudar de la verdad de mi destino...
hasta hoy.

Y es que el brillo de los colores no se ha ido,
sigue el sol en lo alto, y por la noche el brillo;
este calor en el pecho me sigue confortando,
y estos últimos días la melancolía no duele tanto...

Sigo vivo, mi corazón late fuerte,
está libre de cadenas y de espinas;
no estoy solo, y apenas duele el día a día

Y aunque no estés, te siento en el ambiente
incluso aunque trates de esconderte.
Y el otro día te encontré disfrazada,
con cabello pelirrojo y verde la mirada te pillé.

Y en el fondo es una aventura el buscarte cada día,
encontrar esas miradas cómplices
sentir de refilón en roce de tus labios
y en cada esquina buscarte,
encontrarte una vez de miles.

Eres un espíritu libre, mi pequeña,
y creo haber aceptado que no podré llamarte mía, 
aunque siempre te sienta en mis venas
pues al sentirte mi corazón se acelera.

Y me despido por ahora, Mujer de Ojos Negros;
nos veremos pronto, quizá en la siguiente esquina.
No te digo adios sino hasta luego
Pues eres y serás siempre parte de mi vida.

jueves, 20 de octubre de 2011

Encuentro






Y apareciste difusa,
caminando entre la niebla;
una voz en el camino de este hijo de la tierra.


Y vació el tintero, desapareció la musa;
no hubo cuadro que sobreviviera,
y hasta las novelas nunca escritas se llevó.


Desperté.


Y ese muro invisible derribó con su presencia,
liberó mis emociones confinadas en el hielo y la amé…


Y me devolvió la inocencia que creía perdida,
desvaneció para siempre ese amor suicida;
reviví. No era carne y pensamiento, encontré mi corazón.


Y casi pierdo la razón mientras se iba,
nubes negras de tormenta y de dolor;
la desesperación y miedo sobre mí se cernían
y de largo y sin tocarme pasó el horror.


Draft


No soy un hombre violento, en absoluto, soy de los que creen que la mayor parte de las cosas se pueden arreglar con palabras, pero cuando ves a un sujeto sospechosamente cerca de ti y con brillante en su mano, no hay tiempo para intentar dialogar.

Probablemente pensó que era un buen botín, un chico joven con ropa de marca y el coche lleno de maletas, que fuese además tarde y el garaje estuviese desierto solo mejoraban la situación. En el fondo no se equivocaba, no soy experto en ningún tipo de defensa personal, pero hay algún truco que he aprendido gracias a ciertos amigos, nada excesivamente difícil de recordar.

Lo primero que hice fue sorprenderlo y agarrar el brazo de la navaja y golpear con todo lo demás, una vez que soltó el arma, podía alejarla lo más posible o intentar cogerla, pero a falta de habilidad con ella, opté por lo primero.

Con esta demostración de habilidad el tío debería habérselo pensado más y optar por la huída, pero al contar con un compinche escondido detrás de mi coche decidió seguir luchando por su presa.

Probablemente su plan original era esperar a que uno me redujera con la navaja para subirse al coche y huir con mis cosas, un buen plan para dos colgados que apestaban a maría y tenían los ojos inyectados en sangre, pero dado que la situación había cambiado, tenían que adaptarse.

Tenían la ventaja del número, yo de la sobriedad. Pese a la adrenalina siempre se me ha dado bien pensar con cabeza fría, ellos eran solo un par de drogadictos cabezotas que necesitaban vender mis cosas para pagar su adicción. No tenían pinta de rendirse, y aunque desarmados, lo peligroso es que eran impredecibles.

Dos contra uno y no valía huir, no cuando toda mi vida estaba embutida en ese coche. Tampoco podía pedir ayuda, porque estaban ya encima mío y no escuchaba nadie cerca. Lo importante era evitar que se quedaran con el coche, sujetar las llaves con fuerza y cerrar la puerta lo más rápidamente posible para evitar que alguno subiera al coche y huyera.

Tres, dos, uno: golpeé la puerta con la cadera y le di al botón de la llave cerrando el coche a tiempo justo para esquivar al primer drogata. Si sus reflejos no estuvieran mermados por la droga, habría conseguido derribarme. El segundo estaba a dos metros, esperando a que el otro me sujetase para atacarme. Cobarde. Cerré los puños y esperé a que el primero volviese a embestir.

Se lanzó contra mí, recibí el golpe y giré. Aproveché su velocidad y peso para empotrarlo contra un coche aparcado consiguiendo que perdiera el conocimiento. Probablemente tendría que pagar ese cristal luego, pero me parecía un buen trato. Al darme girarme encontré al otro tipo frente a mí, buscando mi cara con su puño. Conseguí desviarlo hasta mi cabeza, aunque no tengo del todo claro que fuese una buena jugada.

La cabeza me zumbaba por el golpe y tardé un par de segundos en reaccionar. Conseguí lanzarme contra el suelo y hacerme un ovillo mientras sentía sus patadas buscando mis riñones. Tres, dos, uno, me levanté rápidamente buscando su barbilla con mi cabeza. Ahora el aturdido era él, y si sumábamos los efectos de la marihuana, me dejaban una oportunidad perfecta para dejarlo fuera de combate.

Mano cerrada en un puño, pulgar por fuera y muñeca firme. Un gancho directo a la mandíbula lo dejó en el suelo.  Me giré para ver al otro pero salió cojeando, los dos se fueron lo antes posible al saberse derrotados.

Todo pasó en menos de dos minutos, por lo visto se necesitan cinco más para que llegaran los guardias de seguridad. Deshechos en disculpas se ofrecieron a escoltarme mientras subía las maletas al ascensor y escribía una nota de disculpa junto con mis datos para el dueño del vehículo cuyo cristal acababa de estropear.

La cabeza todavía me zumbaba cuando me tiré en la cama. Tenía la boca seca y sentía como se iba formando pequeño chichón donde recibí el puñetazo. La mayoría de la gente tiende a sentir cierto miedo o tensión después de un atraco, yo ya había conseguido acostumbrarme a las situaciones de tensión y ya solo quedaba la adrenalina del momento. Tenía sed y demasiado poco sueño. Salí a la calle.

Echaba de menos Madrid, después de dos “años sabáticos”, como los llamaba mi madre, se sentía bien respirar el ambiente nocturno y el aire seco y cálido de finales de verano. Necesitaba una cerveza y el parloteo de cien voces en español.

La una de la mañana y los bares a reventar. Estaba a solo cinco minutos de La Casa de la Cerveza, aquel bar que me ponía los dientes largos con sus más de ciento cincuenta tipos de cervezas distintas, solo había podido entrar un par de veces  sin que me pillaran el carnet falso, desventajas de la cara de niño bueno que había heredado de mi padre.

Una pinta de cerveza rubia alemana escogida al azar en el piso de arriba, todo estaba tal cual lo había dejado pese al paso de los años; algún que otro camarero había cambiado y la dueña del local contaba con alguna arruga  más, pero seguía con la sonrisa picarona de siempre recibiendo a los habituales.

No había mesas, y tenía las piernas cansadas del viaje. Vi un grupo de chicas  con las jarras casi vacías buscando un camarero pero sin ganas de marcharse. Ordené una ronda de lo mismo que tenían y cuando llegó, me senté con ellas explicándoles que les cambiaba el asiento por las cervezas.

Ninguna acertó mi edad, pese a la barba y el corte de pelo casi militar no me echaban más de diecinueve, dos años menos que ellas y tres menos de los que me correspondían. En el fondo me venía bien, así me sería más fácil mezclarme con los nuevos compañeros de carrera con los que me encontraría en primero. Tenía ganas de empezar, pero en el fondo me daba cierto reparo el encontrarme con todos esos chicos bien recién salidos de un colegio privado.

Un par de besos y promesas de enseñarme la ciudad y me marché rumbo al hostal. Eran ya las tres de la mañana y la charla y cerveza habían conseguido relajarme lo suficiente. Una ducha y a la cama, que la mañana siguiente me tocaba ver el piso y hacer una pequeña mudanza. Oficialmente no llegaba hasta el lunes, lo cual me daba un par de días de paz antes de empezar a recibir llamadas y quedar con nadie. Dos días de ventaja para amoldarme a esta nueva ciudad antes de que nadie supiera que había llegado.

domingo, 9 de octubre de 2011

Creación




Te necesito vestida de negro,
con esa sonrisa sencilla, espontánea
y aquellos ojos negros…

Te quiero cual sombra en la noche,
de espaldas y sin verme,
fugaz e imprecisa; embriagadora.

Te quiero a mi lado y sin verte,
cual adorno del paisaje;
como vela en la noche y hoguera en el camino,
mi oasis, nada más.

Te amo de lejos, inalcanzable;
con ese perfil delicioso
y aquellos labios rojos que me llevan a besarte.

Te ansío sólo en aquellos segundos
en los que me abrazas o me tomas de la mano sin segundas intenciones,
acto instintivo en el que buscas protección.

Te quiero de lejos
y cuando lejos estás, te necesito;
no te quiero cuando te tengo y te necesito distante,
cuando apenas puedo dar una vista rápida a tu lejana figura.

Te quiero feliz, te quiero triste,
pero solo en aquellos primeros momentos
en los que sin verte, te percibo;
cuando estás y eres sin hacer nada,
cuando existes, nada más.

Te quiero desenfocada,
como aquella pintura opaca y nublada por los años;
donde la imaginación juega con la realidad,
donde tus facciones son cuadro y escultura,
existencia pasajera en la que amo el instante,
y te recuerdo como aquello que fuiste y eres,
lienzo de la perfección.

Me embelesas tan solo con el recuerdo de tu presencia,
energía tácita y sonora que inunda el ambiente sin siquiera estar en él;
eres la presencia existente que me acompaña,
ángel y milagro que se revela en un instante,
única y eterna,
intrínseca a mi ser.

Te quiero sin quererte,
de lejos y a distancia;
te quiero en una búsqueda irreal por tu amor,
como potencia y no acto,
como ilusión.

Milagro en el que creo y esperanza,
promesa de amor y de alegría,
y listón y meta a la que intento mas no quiero llegar.

Te busco por tu aroma,
por el roce de tu cabello sobre mi piel
por el primer gesto de tu sonrisa.
Te anhelo por la energía y alegría que desprendes cuando me ves,
cuando te veo,
mas solo en ese instante,
en el que busco y lucho por tu presencia,
en el que añoro tu compañía y cuando te vas;
cuando evoco tu recuerdo y me pierdo en la memoria,
cuando llegas y te encuentro,
nunca cuando estás.

Es un amor vacío y quimérico que va en contra de mis principios,
un amor que vive a milímetros de tu cuerpo
y tan solo a una fracción agoniza;
muere al encuentro,
renace en la despedida.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Soledad




Y cansado de soñarte,
esperar a que aparezcas,
entre copas de alcohol buscarte
si al final nunca te muestras.
He olvidado ya tu voz
y el sentido de mi vida,
que hasta pinto de vacía
por el frío en mi corazón.
Y sólo hay soledad
pese a hallarte en la multitud
vacío y frío sin piedad
con violencia, cual alud.
Misantropía en la gran ciudad
gotas saladas, agua del mar.
No son mis lágrimas…
hace mucho que dejé de llorar.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Reboot?


No es la primera vez que escribo ni el primer blog que tengo. Soy de aquellos seres que aman escribir, y que no tienen miedo a compartir lo que piensan y sienten pues, pese a ser bastante reservado y selectivo con mis amigos, creo que las ideas están hechas para compartirlas.
Mucha gente me acusa de ser demasiado “intenso” en las relaciones. Es una verdad a medias, pues solo lo hago con aquella gente que realmente me interesa o llama la atención; es mi forma de descubrir si esa persona me merece la pena, y no porque sea tan narcisista de creer que valgo demasiado para la mayoría de los mortales, si no porque entre mis defectos se encuentra el necesitar mucho de una persona para permitirme bajar mis defensas.
Para bien o para mal soy así, curioso, generoso de ideas y planteamientos racionales, y es que es mi forma de vida; me gusta entender como funciona el mundo, como funcionan las cosas y como piensa la gente; cuando veo una chica guapa, amén de fijarme en sus beldades, no tengo mayor placer que preguntarme, intentar averiguar qué hay detrás de aquellos ojos y sonrisa, cual es su historia y como piensa.
He dado el ejemplo de una mujer porque personalmente creo que no hay mayor obra de arte que las mujeres, no importa la raza o edad, pues es la forma femenina, la dulzura de los gestos y rasgos lo que me llena e inspira. Prácticamente cualquier lugar o momento lo puedo ver reflejado en ellas, tanto así que mi musa personal, la Mujer de Ojos Negros, es ese instante o momento en el que te enamoras de una mujer, de sus ojos o sonrisa, de una mirada o un susurro, ese instante pasajero y demasiadas veces caduco en el que te da un vuelvo el corazón o se te pone la piel de gallina con su dulzura o erotismo.
Y es que el blog, cada entrada que no sea una reflexión personal sino creación o sentimiento, será eso, uno y mil instantes de enamoramiento e inspiración, en cualquier mujer e historia que imagine sobre ella. Siendo sinceros, no sé de qué irá este blog, pues incluso este post ha salido sobre la marcha, un poco senil e inconexo, pero enteramente sentido.
Historias, poemas y reflexiones, a ver si consigo componer algunas canciones que tengo pendientes y ponerlas aquí para que, si os interesan, las sigais y comenteis; dado que tengo el blog en el móvil, siempre estaré disponible para cualquier duda, crítica o sugerencia.
Espero encontraros entre mis páginas, esta vez más organizadas, y dando vuestras opiniones y curiosidades, y si os apetece conocerme un poco más, intentaré estar disponible las más veces posibles en el msn, mientras tanto, Disfrutad!

Vistas de página en total